
Avetoro común
(Botaurus stellaris)
Es nuestra garza más escasa, esquiva y discreta. Este carácter retraído, junto con su escaso número y su mimético plumaje pardo —que la camufla perfectamente en los carrizales donde nidifica—, la convierten en una de las aves más difíciles de observar de la fauna ibérica. Más fácil resulta localizarla por su canto, un característico “mugido” que la delata durante las noches primaverales. Los machos se aparean en general con varias hembras, sobre las que recae el peso del resto del proceso reproductor.
Descripción
Clasificación
Orden Pelecaniformes; familia Ardeidae
Longitud
70-80 cm
Envergadura
125-135 cm
Identificación
Garza de mediano tamaño, rechoncha y de grueso cuello, de color pardo rojizo (dibujo 1). Tiene todo el dorso rayado de oscuro, píleo negro y bigotera oscura llamativa. Los jóvenes son muy similares, pero algo más pálidos, principalmente en las partes inferiores, y con bigotera menos definida. En vuelo muestra patas muy alargadas y cuello recogido, con el pico apuntando hacia arriba. Sus plumas de vuelo son barradas. Difícil de ver, rara vez abandona la cobertura de la densa vegetación palustre.
Canto
Su sonido más llamativo es un sonoro mugido (bhu-bhuuh-bhuuuhbhuuuh), que se escucha desde varios kilómetros. En vuelo emite un graznido (graoh).
Dónde vive
En el mundo
Especie distribuida de forma continua desde Europa oriental hasta Japón, y fragmentadamente en el resto de Europa, además de por el sur de África. Se localizan núcleos aislados en Pakistán, sureste de China y norte de África. Presenta varias subespecies.
En España
Su población está fragmentada y dispersa. En la actualidad, el avetoro común únicamente aparece como reproductor en Aragón y Navarra (valle medio del Ebro), Baleares (S’Albufera de Mallorca), Castilla-La Mancha y Cataluña (Aiguamolls de l’Empordà), aunque se han escuchado machos cantando en otra multitud de humedales españoles. En los últimos años ha vuelto a reproducirse en Doñana. En Canarias se observa el paso y la invernada irregular de aves que pudieran estar desplazándose hacia cuarteles africanos. En España se reproduce la subespecie stellaris, que ocupa el Paleártico.
Desplazamientos
Esta garza es residente en España, con dispersiones que se producen una vez terminada la reproducción y aumentos poblacionales invernales debidos a la llegada de aves del norte de Europa.
Poblaciónón
Se considera para Europa una población máxima de unas 54.000 parejas, la mayor parte en Rusia. En España se estima que hay unos 25 machos territoriales en la actualidad, principalmente en el valle del Ebro. La especie debió de estar extendida como reproductora por un buen número de humedales adecuados, llegando incluso a ser común en las marismas del 3 Guadalquivir y el delta del Ebro, y hasta en cuencas interiores como las
Tablas de Daimiel y la laguna de Gallocanta. Sin embargo, desde mediados del siglo XX ha sufrido un fuerte declive. A principios de los ochenta estuvo
al borde de la extinción, situación agravada por la sequía de los noventa. Se estima la invernada dispersa de 50-100 aves. Posteriormente recoloniza el
interior peninsular y se establece en el valle medio del Ebro.
Cómo vive
Hábitat
Está muy asociado en la época de cría a carrizales extensos en humedales de agua dulce o poco salobre, evitando zonas con niveles muy fluctuantes (dibujo 2). Fuera de ese periodo puede encontrarse en arrozales, ríos, embalses con poca vegetación e incluso zonas húmedas sin vegetación o áreas suburbanas.
Alimentación
Se ha descrito la alimentación a base de insectos, anfibios y micromamíferos. La importancia del cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) debe de ser alta y quizá explique en parte su presencia en los humedales del valle del Ebro.
Desplazamientos
Esta garza es residente en España, con dispersiones que se producen una vez terminada la reproducción y aumentos poblacionales invernales debidos a la llegada de aves del norte de Europa.
Reproducción
Se considera un ave polígama, aunque quizá solo se comporte así en zonas de alta densidad. A partir de febrero, los machos comienzan a exhibir un comportamiento muy territorial, que dura hasta finales de primavera. El tamaño del territorio depende de la densidad de la población reproductora.
Los nidos de hembras ligados a machos polígamos pueden estar relativamente cercanos. Las hembras construyen plataformas de carrizo o plantas similares, de unos 30-40 cm de diámetro y 10-15 cm de altura. El material añadido posteriormente, durante el desarrollo de los pollos, aumenta su tamaño considerablemente. La puesta consta de tres a siete huevos (comúnmente cinco o seis), de tonos pardo oliváceos y a veces con finas pintas, que incuba durante 25-26 días. Los pollos son cuidados por la hembra y toman solos la comida que les es regurgitada sobre el nido. A los 15-20 días se dispersan por zonas cercanas al nido. En unos 50-55 días, su plumaje se desarrolla completamente, y se independizan poco después. Los machos monógamos ayudan a la hembra a incubar y criar los pollos.
Amenazas y Conservación
La principal amenaza para las poblaciones ibéricas estriba en la mala gestión de su hábitat, especialmente durante los periodos de sequía, que puede ser la causa de su desaparición en las marismas del Guadalquivir, La Mancha húmeda, el delta del Ebro, etc. Las quemas incontroladas de carrizales y la mala gestión ganadera de los humedales también resultan perjudiciales. Los contaminantes industriales se citan como factor de disminución del alimento. Por último, la caza furtiva, la colisión con tendidos eléctricos y los atropellos son fuentes destacables de mortalidad no natural. La realización de censos y la redacción de planes de conservación son los principales avances en su preservación. Se incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro crítico” y aparece como “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
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